Los dos son japoneses, los dos impresionan y los dos tienen lineas atractivas o al menos para mí. Ambos tienen tracción a las cuatro ruedas y alrededor de 300cv. Ambos ganan en algo y pierden en otro. Empezaremos con el Evolution X:
El
Mitsubishi Lancer Evolution X es una berlina de tracción total con
295cv de potencia y existen dos versiones del Evolution: El MR para
calle y el RS para competición disponible también para matricular. La
versión de calle tiene un precio de 58400 €. Está disponible en cambio
automático llamado TC-SST, de doble embrague similar al DSG del Grupo
Volkswagen.
El Lancer Evolution sobresale por su agilidad y tacto deportivo.
Responde con mucha rapidez a las acciones del conductor, tanto sobre la
dirección (el volante tiene 2 vueltas entre topes) como sobre los
pedales. El motor del Mitsubishi Lancer Evolution X, denominado 4B11, tiene 2,0 l de cilindrada y está sobrealimentado. Da 295 CV a 6.500 rpm y 366 Nm de par máximo a 3.500 rpm.
El sistema de tracción total "S-AWC" tiene tres programas de funcionamiento: asfalto, tierra o nieve. Cada uno de estos programas modifica la respuesta del diferencial central "ACD", del diferencial trasero "AYC", del control de estabilidad "ASC" y del ABS.
Lleva frenos Brembo y unas llantas de aleación Enkei de 18'' y doce radios, montadas en unos neumáticos de medidas 245/40. La versión "MR TC-SST" tiene un paquete que incluye muelles Eibach, amortiguadores Bilstein, otros frenos de Brembo (flotantes) que pesan 1,3 kg menos por cada rueda y unas llantas BBS de aluminio forjado.
El Subaru Impreza WRX STI es la versión más deportiva del Impreza. Está disponible desde 42.950 €, 2.500 más el de cinco puertas.
Además de un coche que no es incómodo para usarlo todos los días porque su suspensión no es muy seca, el WRX STI es un auténtico deportivo. Lo es por prestaciones, capacidad de tracción, adherencia y sensaciones que transmite al conductor. Con él no es muy complicado ir rápido pero sí requiere de un conductor habilidoso para aprovechar todo su potencial. Parece ser menos exigente de conducir que el Evolution X.
Tiene un motor bóxer de gasolina de 2,5 litros y 301 CV. Con él, este coche tiene una capacidad de aceleración muy alta aunque no sobresaliente; en una recta un Seat León Cupra R puede ser igual de rápido. Es un coche casi de carreras. Lo es por el tacto de algunos mandos, como el pedal de embrague y, sobre todo, el cambio de marchas, que carecen de la suavidad que es habitual en los turismos pensados para un uso normal. También lo es por su motor rabioso, especialmente a partir de unas 3.900 rpm, punto a partir del cual se nota la aportación del turbocompresor y que se mantiene hasta el corte de inyección.
El conductor puede, mediante un mando llamado "SI-DRIVE" (de Subaru Intelligent Drive) variar la respuesta del motor. Tiene tres programas: "Inteligente", "Sport" y "Sport Sharp". El primero está ideado para una conducción económica; es utilizable en una conducción tranquila bien sea por ciudad o por carretera. Tanto el "Sport" como el "Sport Sharp" modifican la respuesta del pedal del acelerador. La aceleración de 80 a 120 km/h es tres décimas (un 10 por ciento) mejor en el modo "Sport Sharp" que en el Inteligent".
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